BILBAO 83-TENERIFE 101

Richotti pesca en Miribilla ante un Bilbao colapsado

Hizo un 7/9 en triples. Tercera derrota seguida del Dominion, que ve muy reducido el margen de error para la cuarta plaza.

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El Bilbao siempre se fía de Miribilla, pero está tan seco a domicilio (lleva cinco derrotas consecutivas, y dos de ellas en estas últimas jornadas) que cada vez se ve más presionado en casa. Toda esa madeja mental más cierto cansancio de hombres básicos le estalló en la cara ante un gran Iberostar Tenerife. El Dominion se queda sin margen de error para la cuarta plaza. Llega la época de penuria. Es comprensible. Empezó percutiendo por dentro con Marko Todorovic, que se merendó a Sekulic. También el Tenerife: todas las maniobras iban en un radio de acción próximo al aro. Alejandro Martínez tenía el partido muy estudiado. En la ida le frenaron a Sekulic en el poste bajo y se le desmadró el encuentro. Esta vez buscó muchas más variantes.

Luego llegó el frenesí lejano: cinco triples seguidos entre ambos conjuntos, con dos del recuperado Wragge por medio. En el segundo cuarto el Iberostar hizo una caricatura de los hombres de negro. Desde su primer movimiento, puso en evidencia la defensa local. Castigó las ayudas, se infló a culminar puertas atrás y movió el balón como quiso. El Dominion daba distancia, no estaban duros sus hombres en los contactos con los pares y fue un paseo amarillo. Los movimientos sin balón del Iberostar son una delicia para la vista. El balón nunca está inmóvil con gente de esta: 31 asistencias. Se fue estirando el chicle hasta el 37-52, afalta de 1:34 para llegar al descanso.

El plantel canario tenía unos porcentajes de otra galaxia en el parón largo: 68% en tiros de dos y 67% en triples. El tercer acto, el que suele arrodillar a los visitantes en Miribilla, no fue esta vez fiel a los patrones habituales. Al contrario, el ciclón Tenerife soplaba aún con más potencia. Con 48-66 y 53-71, los insulares eran pura vitamina en cada ataque: siempre con la canasta como método de vida. Ante la duda, a buscarla no a especular. Los pívots añadieron más riqueza con bloqueos directos entre ellos y el Bilbao, con una antideportiva a Hervelle por medio, se fue perdiendo en la desesperación.

Pero se encendió una bombilla de forma inesperada. Una zona 2-3 hizo dudar al Tenerife y Borg prestó sus piernas saltarinas para tener más frescura física y mental. El 67-74 más posesión, al poco de arrancar el último cuarto, hacía ver que Miribilla iba a abrasar en su infierno un gran partido tinerfeño. Pero el ataque se embarulló de nuevo y Richotti endosó dos triples seguidos: 67-80. Los de Sito Alonso echaban monedas al aire en el cuadrante amarillo y les castigaban sus errores. Al final el Iberostar es el segundo equipo que pesca en Miribilla tras el CAI, éste allá en la prehistoria de la Liga. Richotti (25 puntos y 7/9 en triples) acabó ovacionado por la platea. Los bilbaínos incorporan a Kyle Rowley (A Coruña, LEB) para reforzar los entrenamientos por las molestias de Latavious. Hasta podrían llegar a inscribirle, tal y como está el equipo de asfixiado.