Paul Pierce es uno de los últimos exponentes de una generación de jugadores que aterrizó en la NBA a mediados de los 90 y que dominó la Liga en los 2000. El último gran emblema de los Celtics, y actual jugador de los Wizards, considera que la "nueva generación no es tan competitiva" como lo fue la suya con los veteranos de entonces. ¿El motivo? "Los ordenadores. Ahora juegan al NBA2K en vez de ir al parque", relata el MVP de las Finales de 2008.

Precisamente, en aquella serie por el título tuvo como rival a los Lakers de un Kobe Bryant que hoy pasará por el quirófano para sanar su hombro derecho. Un hecho que, pese a la gran rivalidad deportiva existente entre ambos, le entristece profundamente. "Siempre es triste saber que vamos a perder por lesión a Kobe, uno de mis hermanos NBA". The Truth se deshace en elogios hacia la Black Mamba: "No importa cómo lo estén haciendo los Lakers. Es un icono, un jugador que define a su generación". Pierce no tiene ninguna duda que parte del público que acudió la pasada madrugada al Staples Center para ver el Lakers-Wizards compró en su días las entradas "para verle jugar". Un encuentro en el que tampoco pudo participar el alero nacido en California hace 37 primaveras.

Pierce y Bryant, dos jugadores emblema de un grupo de jugadores que tantas alegrías nos dio (y nos siguen dando). "Ya no vienen trash talkers (táctica que consiste en sacar de quicio al rival meidante comentario en pleno partido) a la Liga como antes", lamenta el jugador de los magos. Otros tiempos: no necesariamente peores, sino diferentes.