CAVALIERS 129 - HORNETS 90

LeBron James se da un festín en el mejor partido de sus Cavs

"Este es el equipo que imaginé. Este es el estilo de juego que visioné", comentó el alero. Los Hornets se encontraron con un huracán llamado Cleveland: 75 puntos al descanso.

0

"Este es el equipo que imaginé. Este es el estilo de juego que visioné. La manera en la que compartimos el balón, como defendimos, esa debe ser nuestra esencia". Palabras de LeBron James tras la paliza que sus Cavaliers endosaron a unos pobres Hornets. Charlotte (sólo Al Jefferson se salvó de la quema) se vino abajo en su visita a Cleveland. No era para menos, un huracán les volteó, les zarandeó y les aplastó. Para que se hagan una idea, el 129-90 no hace justicia a los vivido durante la primera mitad: 75-40. Una auténtica barbaridad. Los 13 jugadores que utilizó David Blatt lograron anotar al menos una canasta en juego. "Estuvieron fantásticos. Son un equipo construido para el anillo y hoy han jugado como lo que son", se limitó a decir Steve Clifford, el técnico que sufrió en sus propias carnes la mejor versión que hemos visto hasta el momento de Cleveland.

Y como no puede ser menos, 'King' James fue el mejor de la noche. Recuperado de su lesión, ha vuelto a ser el que era. La mejor noticia posible para todos los que amamos el baloncesto. El de Akron coqueteó con el triple-doble en los casi 27 minutos que estuvo en cancha: 25 puntos, nueve asistencias y seis rebotes. Más cuatro robos y un tapón. Una maravilla. Como hacen los verdaderos líderes, desde el inicio (cuatro pases de canasta en el primer cuarto) su objetivo fue involucrar al resto del equipo. Y sus compañeros respondieron a su llamada. J.R. Smith (7/11 en triples) acabó con 21 tantos, Irving con 18 y Mozgov con 14 y 10 rebotes.

Hay que felicitar a David Griffin, general manager de la franquicia. Ha acertado con los traspasos de principio de año (Iman Shumpert debutó esta madrugada), consiguiendo en el mercado lo que necesitaba un equipo que amenazaba con romperse por dentro tras la grave lesión de Varejao y por fuera con sus problemas defensivos. Ahora, y a la espera de la confirmación definitiva, esos oscuros tiempos parecen haber quedado atrás. La de esta noche supone la quinta victoria consecutiva de un equipo que, de seguir así, no se le adivinan límites. Pero como señala el propio Blatt ("tenemos mucho trabajo por delante"), conviene ser cautos. Mañana domingo les aguarda nada más y nada menos que el nuevo clásico de la NBA: Durant contra LeBron. Oklahoma City será un buen termómetro para medir esta recuperación.