El regreso de LeBron James a Cleveland fue impecable, emocionante, en la puesta en escena pero decepcionante en la pista. Una derrota ante unos Knicks (zarandeados por los Bulls en el Madison menos de 24 horas antes) de la que no hay que sacar grandes conclusiones. Los Cavaliers jugarán mejor y ganarán muchos partidos. Y serán, si todo va como debería, uno de los aspirantes al anillo cuando lleguen los playoffs. Pero no deja de resultar llamativo que a LeBron, que para tantas cosas parece casi sobrehumano, le pesara el contexto en un partido en lo individual de perfil demasiado bajo, en el que se fue hasta las 8 pérdidas de balón entre nervios y jugadas en las que quedó claro que los Cavs todavía no han afinado los automatismos colectivos y el Rey todavía no ha jugado el suficiente número de minutos al lado de Love e Irving.

En un guiño a la historia, esas 8 pérdidas de LeBron son las mismas que sumó en su primer partido con los Heat de Miami, una emboscada en Boston ante los Celtics de Doc Rivers (88-80), que sellaron a un big three LeBron-Wade-Bosh muy verde todavía. En aquel primer partido de la temporada 2010/11 (el 26 de octubre) LeBron terminó con 31 puntos (10/21 en tiros), 4 rebotes, 3 asistencias y esas 8 pérdidas. Una actuación superior a la de su vuelta a Cleveland: 17 puntos (5/15 en tiros), 5 rebotes, 4 asistencias y 8 pérdidas. Según Game Score, el cuarto peor partido como local de LeBron en toda su carrera NBA (más de once años). Sólo son peores numéricamente el primer partido de la temporada 2007/08 contra Dallas (10 puntos, 2/11 en tiros, 5 pérdidas), otra contra los Nets en su año rookie (9 puntos, 2/13 en tiros y 5 pérdidas) y un choque de la 2004/05 contra Houston Rockets en el que sólo jugó 17 minutos y se quedó en 0/5 en tiros.

Las 8 pérdidas son en cualquier caso una rareza para un LeBron que promedia en su carrera 3,3 y que tiene como tope en una temporada las 3,6 de su primer año en Miami. En total, y sumando Regular Season y playoffs, el alero ha jugado ya 1000 partidos exactos. Y sólo ha sumado 8 o más pérdidas en 24 partidos. En 18 (4 de playoffs) de ellos, curiosamente, ha alcanzado esas ocho que son una especie de frontera para él. Sólo tres veces ha llegado a 9 (una en playoffs) y otras tres a 10 (dos en playoffs). En cambio, ha sumado 35 partidos (6 en playoffs) sin ninguna pérdida en su estadística final.