BARCELONA 80 - HERBALIFE GRAN CANARIA 61

El Barcelona enseña repertorio

Buen partido del equipo azulgrana, que enseñó potencial en un excelente primer cuarto: 11 asistencias por ninguna pérdida, 28 puntos y 40 de valoración. El Granca, superado.

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LIGA ENDESA

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Tampoco con el Gran Canaria: Aíto García Reneses perdió su duodécimo partido seguido ante el Barcelona de Xavi Pascual, todos los que ha jugado desde los playoffs de 2009, cuando entrenaba al Unicaja. Siete derrotas más con los malagueños, cuatro con el Baloncesto Sevilla y ahora ésta al frente del Gran Canaria. La cuenta del cara a cara está en 16-2 para el entrenador que le ha dado al Barcelona cuatro títulos de Liga Endesa ante el que le dio nueve. El partido cerró el maratón semanal del equipo azulgrana tras reventar el cuentakilómetros en la gira asiática: tres partidos en seis días, tres victorias.

Después de quitarse de encima la angustiosa trampa orquestada por Pesic el viernes en Euroliga, el Barça jugó un partido serio, firme, muy completo ante un Herbalife con mimbres para estar, otro año más en su proyecto intachable, entre los ocho mejores para la Copa y para los playoffs. Todo se resolvió, o casi, en un primer cuarto imperial del Barcelona, que convirtió un 11-12 sobre el minuto 5 en un 28-17 al cierre con mate de Hezonja. El Gran Canaria entró de salida, con 8 puntos seguidos de Kuric, en un intercambio de golpes a ritmo alto que le terminó por dejar a remolque. El Barcelona firmó en esos diez minutos un 40-17 en valoración, con 11 asistencias sin ninguna pérdida y un 4/5 en triples. Con una circulación impecable, equilibrio entre las zonas y el perímetro, velocidad y una rotación inteligente en la que todos aportaron. El martillo que vendrá en cuanto Pascual ajuste los automatismos defensivos, este año asunto más difícil con menos especialistas, y meta en dinámica a todos, especialmente a un Pleiss que anda sin confianza con el semigancho que resultaba letal en Vitoria.

Después de ese primer cuarto, el partido se jugó con las cartas marcadas. El Granca hizo la goma y el Barcelona sostuvo la ventaja siempre en torno a la decena antes del atracón final (78-56, techo en el minuto 39). A base de apretar los dientes en defensa y de cargar el rebote de ataque, con los brazos de Tavares y las piernas de Newley (19 rebotes entre los dos) por todas partes, el equipo de Aíto congeló el partido justo cuando se le escapaba (31-19, minuto 13) y aguantó embestidas hasta el último cuarto (62-54, minuto 33). Pero no dio la sensación de tener empaque para la carga final, no con demasiados jugadores pasando de puntillas por un partido al que Báez llegó tarde.

En realidad el Barcelona se aplicó como gestor, manteniendo las distancias y jugando con comodidad. Devolviendo golpes: un par de triples de Thomas, luego de Oleson, finalmente otros dos de Abrines, que está en 10/12 en los tres primeros partidos de Liga. Con Huertas jugando a placer (7 asistencias en 26 minutos) y Doellman y Tomic marcando diferencias en cuanto pisaban la pista. Pascual, además, no escatimó esta vez con las rotaciones y anotaron once jugadores, todos menos Hakanson. Hezonja tuvo casi 20 minutos por los poco más de 6 de Navarro y respondió. Como casi siempre.

Ahora el Barcelona viaja a Milán para otro partido de cuchillos largos en ese grupo de la muerte que le ha tocado en la Euroliga. Una prueba de primer nivel semanas después de estrellarse en la primera que tuvo que afrontar, la final de la Supercopa. Pascual maneja la mayor reunión de talento ofensivo que ha tenido entre manos en unas cuantas temporadas, quizá desde el fantástico año de la Euroliga (2009/10). Su misión es que todo encaje y sobre todo que esté a la altura una defensa que ha perdido a Sada, Papanikolaou y Dorsey. Pero el equipo azulgrana, en fase de ensamblaje, promedia 85 puntos de media en sus tres partidos de Liga. Y todavía a la espera de esa bomba de neutrones que es Satoransky. Con el núcleo duro (Huertas, Navarro, Oleson, Abrines, Tomic) en plena forma, del encaje definitivo de los recién llegados (Thomas, Pleiss y Doellman) y de la aportación de esa extraordinaria wildcard que es Hezonja dependerá que el Barcelona se convierta en el extraordinario equipo de baloncesto que puede llegar a ser.