Eduardo Kucharski, uno de los pioneros del baloncesto español, murió a los 89 años. El alero, que vistió la camiseta de la Selección en 50 partidos, participó en el Mundial de Argentina y en los Juegos del Mediterráneo de 1955, en el que ganó el oro. Jugó en el Laieta, Barcelona, en dos etapas, Joventut y el Aismalíbar de Montcada.

Kucharski se retiró a los 33 años para ser entrenador. Dirigió a Emiliano y compañía como seleccionador en los Juegos de Roma en 1960 para ocupar, posteriormente, el banquillo de la Virtus de Bolonia. Tras su etapa en Italia, volvió a España donde entreno al Aismalíbar de Montcada (1963-64), al Joventut (1964-69 y 1975-76) y al Barcelona (1977-79). Como entrenador ganó una Liga (con el Joventut en 1967) y dos Copas (al frente de la Penya en 1969 y con el Barça en el 78).

La ACB emitió un comunicado para mostrar sus condolencias. "Se nos va una gran parte de la historia del baloncesto español", dijo Francisco Roca, presidente ejecutivo de la Asociación. "Un pionero que ha estado cuatro décadas en lo más alto, primero como jugador y luego como entrenador. El baloncesto español no se podría entender sin Eduardo Kucharski. Fue una leyenda como jugador incluso antes de que comenzase la liga, y luego también en los banquillos", remarcó el mandatario.

Eduardo Portela, presidente de honor de la ACB, recordó "a un gran amigo y un ejemplo para todos. Kucharski fue un jugador nato, que lo llevaba dentro, y luego innovador como entrenador, consiguiendo grandes éxitos con muchos equipos". Tal es así que el propio Portela le fichó como entrenador en su última etapa en los banquillos, en el Barcelona entre 1977 y 1979, "llevando al equipo al primer título en casi dos décadas".

Portela recuerda también una anécdota que habla de su enorme capacidad como entrenador: "Nino Buscató, otra gran leyenda, se fue a los Juegos Olímpicos de Roma 1960 tirando a dos manos y cuando volvió, tras haber entrenado con Kucharski, lanzaba en suspensión y con mucha eficacia. Y luego tuvo una carrera extraordinaria".