Nuevos tiempos en Milwaukee, con Jason Kidd como catalizador en el banquillo, veremos con qué suerte, de un equipo que empieza a enseñar por fin las trazas de un proyecto interesante a partir sobre todo de Jabari Parker, el número 2 del último draft, y Giannis Antetokounmpo, uno de los jugadores más interesantes que han llegado a la NBA en los últimos años. El número 15 del draft de 2013 tiene 19 años, constitución de forward, altura de pívot (2,11) y manejo de balón de guard. Un conjunto de capacidades físicas y técnicas que tienen su nombre marcado en rojo en casi todas las cuentas sobre jugadores que serán importantes en la próxima era de la Liga. Como rookie ya enseñó destellos de lo que puede llegar a ser en los dos lados de la pista: 6,8 puntos y 4,4 rebotes en más de 24 minutos jugados por partido.

Kidd cuenta en roster con una prometedora pareja de bases jóvenes: Brandon Knight y Nate Wolters. Los Bucks se han hecho también con Kendall Marshall, que reactivó en los Lakers una carrera NBA casi finiquitada. Las bondades de esta opción son obvias: ningún base de la NBA puede emparejarse con los 211 centímetros de un jugador que además es rápido y agresivo atacando el aro. Los problemas, que el griego todavía no ha desarollado la finura ni los mecanismos para ser un playmaker de garantías. En la Liga de Verano de Las Vegas, ya probó como base y promedió 17 puntos por partido, un éxito; Pero perdió 18 balones por sólo 7 asistencias repartidas en cuatro partidos: un probelma.

Él, por si acaso, asume el reto con naturalidad: "No me sorprendió demasiado y me sentí cómodo, lo único que me importa es jugar, donde sea que me ponga el entrenador. Y si es precisamente Jason Kidd, con lo que él ha sido, el que cree que puedo ser un buen base, es desde luego una motivación extra". No sólo contará con la tutoría de Kidd ya que los Bucks han contratado a Gary Payton, otro base de leyenda, con la misión de ayudar a la transformación definitiva de su juego.

Magic Johnson, siempre en el recuerdo

Cuando se habla de bases altos siempre viene a la cabeza uno, el mejor 1 de siempre: Magic Johnson, que medía oficialmente 2,06 aunque para los tiempos de Barcelona 92 ya se le daba una altura menor y más cercana a los dos metros. Con todo, Magic usaba a la perfección su cuerpo contra bases siempre más pequeños y menos fuertes. Era una de sus ventajas pero más allá de eso se trataba, claro, de un jugador extraordinario con un talento y un instinto para jugar al baloncesto sencillamente maravillosos. Sin embargo ha caído en el olvido que en sus inicios en los Lakers, Magic no era tanto un point guard puro como un combo guard, base/escolta que se complementaba en el quinteto angelino con Norm Nixon. Así fue hasta 1983, a las puertas del backcourt de leyenda que formó, ya sí, con un escolta puro como Byron Scott.

De entre los jugadores considerados oficialmente como bases, sólo uno ha sido más alto que Magic: Sun Yue. El chino, que precisamente pasó por los Lakers y que ahora juega en Beijing Ducks junto a Stephon Marbury, mide 2,08, el base hasta ahora más alto en espera de la posible reconversión de Antetokounmpo. El más alto en la actualidad es Shaun Livingston, adaptado tras su martirio con las lesiones a un puesto también de 1-2 y con una altura que supera ligeramente los dos metros. Similar a la que tuvieron Penny Hardaway o Marko Jaric. Tyreke Evans mide 1,98 y fue Rookie del Año jugando como base en los Kings. Ahora en los Pelicans juega de escolta e incluso de alero.

Más allá de los bases considerados oficialmente como tales, están los jugadores que han desempeñado o desempeñan esa función en pista aunque partan desde otro puesto teórico. El caso más claro en la actualidad es el de LeBron James, que mide 2,03 lo mismo que Tracy McGrady, otro ejemplo de jugador que manejaba mucho el balón aunque era un escolta anotador. Larry Bird medía 2,05 y dirigía el juego en muchos ataques de los Celtics, la antesala del llamado point forward, el alero alto con habilidad y lectura de juego suficientes para crear juego para sus compañeros. En los últimos años ha habido dos ejemplos muy claros: Lamar Odom y Hedo Turkoglu, ambos de 2,08. Los dos, una vez más, de menor estatura que Giannis Antetokounmpo.