GALATASARAY 75 - BARCELONA 78

El Barça, sinónimo de Final Four

El equipo azulgrana sufrió hasta el final tras un mal primer cuarto pero estará en Milán en la que será su decimocuarta Final Four y la quinta en los últimos seis años.

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El Barcelona jugará su decimocuarta Final Four y seguirá siendo el rey de la insistencia: el CSKA está a tiro de alcanzar las mismas contando la de la temporada 1965/66, la primera de la historia. Ambos, claro, querrían la efectividad del Panathinaikos: 6 títulos en once participaciones por las dos que han ganado en ese formato azulgranas y rusos. El Barça, y esto habla maravillas de su proyecto, jugará además la quinta en seis años. Sólo faltó en 2011, cuando defendía título y se jugaba en el Sant Jordi. Le deshidrató una guerra de atrición contra el Panathinaikos de Obradovic. Sólo entonces perdió en unos cuartos de final que dos veces ha saldado con 3-0: hace dos años ante el Unics Kazán y ahora ante el Galatasaray. Cinco en seis años: dice mucho del proyecto y dice mucho de Xavi Pascual.

El Barcelona se agarró a su primer match point en el primer y último partido de verdad que tuvo la serie. Sin Navarro y con Arroyo, porque era obvio que las posibilidades de competir del Galatasaray pasaban por el puertorriqueño. Renqueante, firmó 21 puntos y 4 asistencias aunque llegó desfondado a un final de malas decisiones que mataron a su equipo. Con 72-70 y un minuto por jugar el Barcelona se encontró con dos canastas de Huertas (siempre tan feliz en la aplicación del hero ball) y con los tiros libres de Oleson y, glups, Dorsey. El americano además selló medio triunfo con un tapón descomunal a Arroyo en la penúltima posesión de un equipo turco que en la siguiente entregó la bola al Barça en saque de banda y porque, tras tiempo muerto, fue incapaz de encontrar... a Arroyo.

El partido fue áspero, con mucha injerencia arbitral (48 tiros libres) y mucha presión desde la grada. Típica escaramuza de Euroliga en un hirviente Abdi Ipekci que está por encima de su equipo, incluida la imagen gigante del histórico dirigente Ataturk. El Barcelona se desenvolvió bien a partir del segundo cuarto y después de regalar diez minutos claves para la reanimación de un rival que llegaba con olor a cadáver: 23-15 después de un parcial de 13-2 alentado por Arroyo, Erceg y la poca intensidad de un Barça que permitió muchos tiros fáciles y que se hartó a fallar, casi siempre por fuera. Esa inercia ya había cambiado en el segundo cuarto, en el que el Barça empezó a defender y jugó sus primeros buenos minutos de ataque con Pullen y Sada como backcourt. Pero el vuelco en el marcador tardó 29 minutos: 52-53.

En el último cuarto el Barça desangró a un Galatasaray con la lengua fuera con buenas defensas y el mejor Huertas de la eliminatoria: 60-67, minuto 35. Arroyo condujo la carga final del equipo de Ataman, que al menos murió con las botas puestas después de su espantoso paso por el Palau. La eliminatoria deja un aroma de evidente superioridad del Barcelona, abrumadora cuando no estuvo en pista Arroyo: más de un partido y medio. El equipo de Pascual se reencontró con su mejor defensa a tiempo y tiró de profundidad: Pullen y Sada aportaron hasta que llegó el trance de un Huertas (11 puntos en el último parcial) desquiciado en el primer cuarto. Dorsey acabó siendo fundamental en defensa y todos terminaron aportando en un esfuerzo colectivista que salvó un partido que era una china en el zapato. El riesgo, dejarse ir con el colchón del 2-0 y los turcos repartiendo cera en defensa. Una amenaza de muerte dulce que quedó atrás ya camino del descanso.

Datos brillantes: el Barcelona ha repartido en los tres partidos 62 asistencias y sólo ha perdido, su talón de Aquiles en el primer tramo de la temporada, 22 balones. Ha ganado el rebote en los tres encuentros, ha tirado bien (aleluya) desde la línea de tiros libres y ha metido los triples que tenía que meter. Más allá de la baja de Navarro, la peor noticia ha sido la incomodidad de Tomic, esta vez 6 puntos y 3/8 en tiros con algunos fallos garrafales en momentos calientes. En toda la serie, 27 puntos y 12/19. Por debajo de sus medias y muy por debajo de su incidencia.

El caso es que, después de un maratón de 27 partidos, el Barcelona ha cumplido el objetivo y ya está en la Final Four, que es estar a dos victorias de ser campeón de Europa. Después de un pésimo inicio de temporada, del repunte magnífico que siguió a la Navidad y de algunas turbulencias posteriores. Después de una primera fase de perfil bajo y un Top-16 de récord. Ha llegado a puerto: la Final Four, del 16 al 18 de mayo. La temporada en juego ya en el horizonte.