Liga Endesa | Gipuzkoa - Real Madrid

El Madrid no para: 31 triunfos seguidos y récord ACB (16-0)

El Gipuzkoa, que pelea por la Copa, reaccionó tras el primer cuarto, pero fue siempre por detrás. Llull y Rudy, los mejores de un Madrid que ahora se medirá al CSKA en Moscú.

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Desde hace semanas los focos están listos para alumbrar al equipo que derrote al Madrid. La racha es de tal magnitud (31 triunfos ya, 16 en Liga), que su primer traspié será un acontecimiento de portada y telediario. Momento de gloria para el que lo atrape. De ahí que a sus rivales se les presuponga una motivación extra, pero esa ambición no la vimos en el Gipuzkoa. No de salida. Quizá la baja de su mejor anotador, Jason Robinson, le restara algo de fe. No es que jugara especialmente mal, sino que acudió a Illumbe como si fuera otro día en la oficina. Y al Madrid no se le gana así; bueno, en realidad, nadie lo sabe aún. Aunque intuimos que hace falta deseo, ansia de victoria. La que apareció luego, la que espoleó Sito Alonso y llevó a los locales a cometer seis faltas más y a nivelar el rebote (13 ofensivos a 8).

Con el talante inicial, los de Laso fluían en libertad en una cómoda carrera por La Concha: 12-23 y Llull destacadísimo (11 puntos). Con el espíritu posterior, el que enardece pasiones en la grada, parcial de 46-42 en los 25 minutos siguientes (58-65). David Doblas era la referencia permanente al poste y, a pesar de sus errores en los tiros libres (2 de 6), se fue hasta los 16 puntos. Batalló con éxito frente a Bourousis, Mejri, Reyes y Slaughter. No paró de meter en problemas a sus pares. Un fenómeno con dos robles por gemelos.

Pero este Madrid ya no es aquel de los vaivenes, que cuando tocaba bajada en la montaña rusa era de aúpa, en caída libre, sin frenos; ahora, en cambio, se detiene y acelera a su gusto, juega con sus fuerzas (Carroll fue baja por precaución: lleva más de un mes con molestias en la rodilla derecha) y con la renta. Y así lo hizo en San Sebastián. Su ventaja nunca bajó de los siete tantos, controló la coyuntura. A los empellones de Llull (18 puntos) y de Sergio Rodríguez (12 con tiros a discreción), al habitual trabajo de intendencia de los Draper, Slaughter, Reyes y compañía, Rudy añadió la guinda: rebote de ataque, canasta y triple para rubricar el triunfo.

Van 31 seguidos, 16 en esta ACB, el mejor arranque liguero en 31 años, el mejor desde que hay playoffs. Aquel Madrid de la 87-88, con Lolo Sainz en el banco y Corbalán, Llorente, Biriukov, Iturriaga, Del Corral, Alexis, Cargol, Branson, Romay y los Martín en la pista, queda atrás (15-0). Pero no se relajen, que hay nuevo desafío sobre el tapete: el jueves espera Moscú, el CSKA de Messina. La salida más dura… hasta ahora.

Al Gipuzkoa el cierre del duelo le dejó mejor sabor de boca y sigue luciendo un average (+55) que le puede colar en la Copa del Rey. En una semana, la solución.