En el Toyota Center de ‘downtown’ Houston y ante 18.163 hirvientes espectadores, los Houston Rockets se salvaron milagrosamente de ser barridos por los Oklahoma City Thunder: el cuarto partido de su serie de playoff acabó con 105-103 para los Rockets. Ya con el marcador definitivo, y en los últimos 54 segundos, los Thunder disfrutaron de dos posesiones para empatar o ganar, pero una falta en ataque de Kevin Durant y sendos fallos de Reggie Jackson y Serge Ibaka (que reboteó el error anterior de Jackson), a un segundo y medio de la sirena, dejaron sentenciado ese 105-103. La serie se coloca 3-1 para los Thunder, que ahora manejarán una nueva oportunidad para liquidar el asunto en el quinto partido: el miércoles, en el Chesapeake Energy Arena de Oklahoma City. Hasta ahora, sólo ocho equipos han remontado un 1-3 adverso en la NBA… pero ninguno lo ha hecho desde un 0-3, la losa que castigaba a los Rockets hasta esta madrugada.

En realidad, los Thunder empezaron a perder el partido en el arranque del tercer cuarto: al descanso se había llegado con ventaja ‘thunder’ de 53-60, que ya venía limada desde un 48-60 anterior. Pero los Rockets, sin Jeremy Lin (lesión en el pectoral), abrieron la segunda parte con un parcial explosivo de 10-0 en 155 segundos: total de 15-0 desde el 48-60 del primer tiempo, y de la mano de un sensacional Chandler Parsons: la gran figura de Houston, con 27 puntos, diez rebotes y ocho asistencias. A partir de ese 63-60, los Rockets apenas cedieron la iniciativa. El tercer cuarto se cerró con 91-84. Era 96-89 en el minuto 39, gracias al tercer triple de Carlos Delfino, ‘Cabezadelfino’ en Twitter: 13 importantes puntos en total. A 7:00 del final, Ibaka machacó el 98-92 a 7:00. Gracias al omnipresente Parsons, los Rockets mandaban por 105-98 a 2:20, pero ya no volverían anotar y los cinco últimos puntos de Kevin Durant apretaron el nudo sobre la garganta de Houston: 105-103, a 1:13. Pero, en el caos del final, el estrangulamiento no se consumó y los Rockets ya pueden planear nuevos disparos contra los ‘truenos’ de Oklahoma, aunque en Oklahoma City será una misión con bastante pinta de imposible. Los últimos seis minutos de juego en el Toyota Center duraron media hora real. Tras los 41 puntos del tercer partido, Durant cerró con 38 puntos (12/16 en tiros), ocho rebotes y seis asistencias… pero esta vez falló con la puntilla. Con 18 puntos, Reggie Jackson volvió a intentar que los Thunder olvidaran en lo posible la baja de Russell Westbrook. Kevin Martin adicionó 16 puntos a los Thunder. Y en 34:17 de acción, Ibaka aportó ocho puntos (3/8 en tiros), más cinco rebotes y tres tapones. En los Rockets, además del excelente Parsons y el importante Delfino no cabe olvidar a Beverley (16 puntos)… ni a Omer Asik: 17 puntos y 14 rebotes que consolidaron el gobierno ‘rocket’ en la cuenta de rechaces: 39-36. No fue la mejor noche del zurdo ‘AllStar’ James Harden: 15 puntos, pero con diez pérdidas de balón, errores cruciales en tiro (uno, dentro del vital último minuto) y mal balance de 4/12 en lanzamientos a canasta, con 0/4 en triples. Los Thunder perdieron 20 balones (los Rockets, 22) y tiraron con el 48,6% de aciertos, una décima menos que los Rockets, quienes ahora se ven obligados a proyectar lo que sería un golpe de mano o hazaña histórica en Oklahoma City.

En el Este, Brooklyn Nets y Atlanta Hawks también evitaron males mayores ante Chicago Bulls e Indiana Pacers. En el Barclays Center de Brooklyn, los Nets batieron por 110-91 a unos Bulls privados de Kirk Hinrich (contusión en el gemelo) y la serie se estrecha con un 3-2 para los Bulls, que el jueves tienen la oportunidad de sentenciar en su pista del United Center. Como se ha citado, ocho equipos han sido capaces de resurgir desde 1-3 adverso. Los Nets intentan ser novenos en esa lista. La diferencia en rebotes decantó el resultado final: 44-34 para los Nets, que, gracias a esa superioridad y a 17 capturas en ataque, obtuvieron 24 puntos en segundas oportunidades de tiro. “Puedes defender como quieras, pero si concedes segundas o terceras oportunidades, nada tienes que hacer en un partido como este”, señaló Tom Thibodeau, entrenador del club de Chicago. Como titular en el puesto de Hinrich, Nate Robinson lideró a los Bulls con 20 puntos y ocho asistencias. Hubo ‘doble doble’ para Carlos Boozer (diez puntos, diez rebotes)… pero los Nets se estiraron decisivamente gracias a Brook Lopez (28 puntos, diez rebotes, ‘esta vez fuimos agresivos de verdad’) y Deron Williams: 23 puntos y diez asistencias. Gerald Wallace (12 puntos) y Reggie Evans (cuatro puntos, 12 rebotes) también aportaron lo suyo a unos Nets que acertaron el 50% de sus tiros contra 49,3% de los Bulls. Está claro que la cita del jueves se trata de una ocasión casi única para Chicago: si vencen los Nets y hay 3-3, la serie se cerraría con un séptimo partido, el sábado… de nuevo en Brooklyn.

Y en Atlanta, los Hawks confirmaron ante los Pacers su primer amago de resurrección, con un 102-91 que sella el 2-2 en la serie tras el 90-69 del tercer partido. Aunque los Hawks abrieron brecha con el 57-40 del descanso, los Pacers respondieron con un notable Paul George (21 puntos, doce rebotes), más buenos minutos de David West (15 puntos) y Roy Hibbert: 14 puntos, siete rebotes. Era 65-61 en el minuto 32, de paso para 70-65 y 78-73, ya en el último cuarto. El minuto 45 se cruzó con 86-81, pero ahí estallaron sendos y cruciales triples de Josh Smith (29 puntos, 15 rebotes) y Kyle Korver (19 puntos, 5/8 en tiros de tres) que averiaron sin remedio la maquinaria de los Pacers, limitados a un mal 38,9% en tiros de campo (32/84). Los Hawks concretaron el 44,6% de sus tiros, mientras en la cuenta de rebotes se registraba un curioso empate a 46. Con el 2-2 se regresa a Indianapolis para el quinto partido: el miércoles. El programa de hoy fija dos citas importantes en el Oeste: Nuggets-Warriors, en Denver, con 1-3 para los Warriors, y Clippers-Memphis, en Los Angeles (2-2). Por cierto, Kenneth Faried, el ‘Manimal’ de los Nuggets, destrozó de una patada un tabique del vestuario del Oracle Arena de Oakland, después de que los Nuggets sufrieran allí, el pasado domingo, su tercera derrota de estas series. “Odio perder” fue la excusa de Faried, que, encima, no había jugado por esguince de tobillo. ¿Cómo podría creerse…?